Después de quedarse viuda, Kiera Malone tuvo que luchar para criar a sus hijos en un pueblo de Irlanda. Y justo cuando había vuelto a enamorarse, su prometido tuvo un ataque al corazón y murió, y ella volvió a quedarse sola. La pérdida de su amor la dejó hundida. Su hija y su padre la convencieron para que fuera a visitarlos a Estados Unidos. Y, con la promesa de tener un trabajo en O´Brien´s, el pub irlandés de su yerno, decidió aceptar.
Sin embargo, resultó que atravesar el océano no fue nada comparado con instalarse al lado de Bryan Laramie, el malhumorado chef de O´Brien´s. Muy pronto, sus peleas en la cocina se hicieron legendarias, y los casamenteros de Chesapeake Shores llegaron a la conclusión de que, donde había fuego, también tenía que haber pasión.